El hotel deja mucho que desear. Había moscas en el comedor, la vajilla es de plástico, solamente un día colocaron manteles. En las habitaciones no hay wifi, ni teléfono. Si tenés algún problema tenés que bajar para solucionarlo (si funciona el ascensor, mejor)No recibí toallas de mano. El baño no tiene toallero para colgar los toallones, tampoco dónde colocar el papel higiénico. Tampoco cuenta con agua caliente. No tiene luces en la mesa de luz. La comida era buena y fue mejorando. Debido a los reclamos de los huéspedes, comenzaron a fumigar, pintar, poner manteles, cambiar toallones y mejorar la comida. Lo bueno? su ubicación céntrica.