El hotel es pequeño y muy familiar. La habitación también pequeña pero bien equipada, camas cómodas, heladera, baño limpio, buenas toallas, linda decoración. El personal muy atento, te resuelven todas las dudas y te asesoran muy bien.
El desayuno es muy casero, sencillo y todo muy fresco. El restaurant es muy bueno, comida casera, bien atendido, rápido el servicio y super economico. La terraza del restaurant y el desayunador es adorable a cualquier hora. La zona es muy tranquila y es tan cercano al metro que podés moverte por todo Santiago con solo pagar un boleto de metro, que también tiene un excelente servicio.
El sr Carlos que asiste en el desayuno es muy atento, cordial y muy amable con los niños, también nos asesoró acerca de paseos y visitas que podíamos hacer.